Hay un bosque de buhitas
al otro lado, allende mares
que te quita todas las cuitas
y cambia tus pesares
por cantares.
Hay allí una reina consumada
Y también una enamorada
princesa, aulla una loba
y se mete una nebulosa
en tu alcoba
Hay flores, hadas, rosas,
nobles hermosas y princesas mapuches.
Sueños. Sherezades. Scorpiones y Stuches.
Si yo me adentro
en el bosque muy dentro
lloro.
Pero solo por dar y recibir consuelo
ya que solo ser la tela de vuestro pañuelo
imploro.
Aunque esta historia singular
se empeña en llevar
mensaje subliminal
y si junto el final
de cada anterior estrofa
queda:
“por cantares, en tu alcoba, lloro, imploro”.©
Javier “Halcón” Mora
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