Pierdo mis defensas
en los recodos de la angustia.
Busco una mirada cada momento,
en todas partes. Mi vida no es de nadie
ni yo le pido a nadie nunca
que haga algo que yo mismo
jamás haría sin dudarlo.
Y sólo sé que no puedo estar;
si tú te vas, mi casa voy a quemar.
Mi chica está tan sola
que busca el centro de la calle.
Su puerta y su mirada
siempre abiertas de par en par.
Y sola, sé que no puede estar;
y ahora, sé que se perderá.
Y al final, sólo envidia y ambición;
y ya sé que aunque busque
nunca encontraré.
Paso al loco de la calle.
Paso al ansia de vivir.
Mi cuarto es tan pequeño
que nunca encuentro las esquinas.
Desde que tú te has ido
se ríe de mí la soledad;
te espero en los caminos
y te confundo a todas horas;
mientras estoy perdido
los niños me han dicho que lloras.
Y al final sólo envidia y ambición;
y ya sé que aunque busque
nunca encontraré.
Paso al ansia de vivir.
en los recodos de la angustia.
Busco una mirada cada momento,
en todas partes. Mi vida no es de nadie
ni yo le pido a nadie nunca
que haga algo que yo mismo
jamás haría sin dudarlo.
Y sólo sé que no puedo estar;
si tú te vas, mi casa voy a quemar.
Mi chica está tan sola
que busca el centro de la calle.
Su puerta y su mirada
siempre abiertas de par en par.
Y sola, sé que no puede estar;
y ahora, sé que se perderá.
Y al final, sólo envidia y ambición;
y ya sé que aunque busque
nunca encontraré.
Paso al loco de la calle.
Paso al ansia de vivir.
Mi cuarto es tan pequeño
que nunca encuentro las esquinas.
Desde que tú te has ido
se ríe de mí la soledad;
te espero en los caminos
y te confundo a todas horas;
mientras estoy perdido
los niños me han dicho que lloras.
Y al final sólo envidia y ambición;
y ya sé que aunque busque
nunca encontraré.
Paso al ansia de vivir.
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