He dejado para el final
la elegía de mi hermana
Ana Mari…que siempre estuvo sana,
con nuestros amores combatimos su mal.
Es sonetoelegía…porqué así ella lo quería.
Los ojos más negros que el universo creo…
Y la sonrisa con más estrellas.
Pero el Señor tenía prisa con hacerse con ellas…
Se enamoró de su creación…
Y no me extrañó, pero a mí me hirió…
Aunque quien soy yo
para cuestionar motivos de Dios.
Ahora es Arcángel y Serafín
y como tal no solo cuida de mí
y de los suyos, cuida de Gaia entera…
pídele lo que quieras
a mi hermana y a su alma colmenera.©
JAVIER TUHERMANO MORA©
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