A veces pasa que el que bucea por dentro
forjando y puliendo su artista,
se convierte en poeta sin sal y muy triste,
trapecista sin red protectora en la pista
o aureo canario sin alpiste…
poliedro a quien limaran sus aristas.
Se quita entonces pluma y artificios
sentándose en acusador tribunal
a la espera de todos los juicios
y teniendo por abogado su soledad,
preguntándose a si mismo
donde está la realidad y la verdad,
o si solo existe teatralidad,
banalidad, consumo y vicios.
Pobre poeta solo y singular.
Ser ostra para banquete de él exigen
o cordero lechal para que de él gocen,
cuando en su casa a lo mejor,
triste de ti, ni te reconocen.
Paria, mendigo, sin suerte ladrón,
madero aspero esperando que le lijen
o polvo de estrellas…renegando de su origen.©
Javier Mora Sniff©
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