Cierto crujir de hierros y cadenas
causan horror y espanto temeroso.
Suena la oscuridad, y valeroso,
don Quijote levanta sus almenas
encima de las furias. Las escenas
nocturnas turban tanto tenebroso
miedo, que Sancho aplaca, silencioso,
entrañas olorosas y faenas.
Poco después el rubicundo Apolo
iluminó las sombras y verdades,
y con con la luz ya sólo quedó un solo
lamento de batanes y humedades
¡La mirada convierte en simple dolo
mil gigantes de miedos y ansiedades!
FRANCISCO PEÑA©
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